sábado, 17 de octubre de 2009

Thomas Jane, el 'film noir' con nuevo brillo

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Por CHARLES COTAYO del Nuevo Herald

Hung podría ser la primera serie televisiva sobre un "jinetero'' americano. Cuando la falta de dinero amenaza con hundir a un hombre en un naufragio económico, éste descubre que una solución para mantenerse a flote es a través del "sexo por dinero''. Sin duda, una oscura premisa para una tragicomedia, pero el show de HBO ha conectado con el público, está pautado para una segunda temporada y ha aumentado la fama de su estrella, Thomas Jane.

El actor de 40 años, casado con la actriz Patricia Arquette, conocida por otra popular serie, Medium, se ha hecho famoso en Hollywood gracias mayormente a papeles y películas oscuras, desde Boogie Nights (1997), notoria sátira sobre la industria pornográfica, pasando por su rol de villano perverso en Original Sin (2001), con Angelina Jolie y Antonio Banderas, hasta el más reciente thriller de terror, The Mist (2007), basado en una novela de Stephen King.

Este año, Jane agrega otro crédito a su trayectoria: director y protagonista de un largometraje estilo film noir. Se trata de la oscurísima y muy adecuadamente titulada Dark Country, con Lauren German (Made For Each Other, 2009) y Ron Perlman (de la serie fílmica Hellboy, 2004 y 2008) realizada específicamente para DVD, sobre una pareja de recién casados que, durante un viaje nocturno por una carretera vacía, se convierten en inesperados buenos samaritanos: tratan de llevar a la misteriosa víctima de un supuesto accidente automovilístico al hospital. El pasajero, con su rostro sangriento, resulta ser un sádico diabólico.

"Deseaba hacer algo único, sin imitar el estilo de nadie, que yo no había visto antes'', afirma Jane en entrevista con El Nuevo Herald. "Es un homenaje a las producciones que me han gustado, como la serie Twilight Zone y las películas film noir de la década de los años 40. Esas fueron algunas de mis influencias [principales]''.

Precisa que es un gran fanático de John Alton, uno de los eminentes directores de fotografía hollywoodenses, conocido por clásicos como T-Men (1947), de Anthony Mann, y He Walked By Night (1948), de Alfred L. Werker, que le daba un toque expresionista a las películas en blanco y negro de bajo presupuesto con una fusión de sombras y tinieblas: un juego con la luz y la oscuridad que elevó a esas y otras cintas a un nivel de arte.

"También hay un poco de David Lynch, algo de Alfred Hitchcock, una pizca de los hermanos Coen; me gustan los directores que poseen un estilo visual original, y quería crear uno para mí'', observa, "y creo que lo he logrado''.

Jane asegura entusiastamente que se siento ``orgulloso del tono y de la estética visual que logra la película. Es única'', recalca con toda certeza.

Sobre el complejo y difícil reto de dirigirse a sí mismo --en este caso, como un antihéroe-- señala que ``no existe un manual'' que guíe como hacerlo. LLamó por teléfono a Mel Gibson, quien se había dirigido en producciones como Braveheart (1995), para pedirle consejo.

"Me ayudó muchísimo. Algo que me dijo fue que cuando iba a dirigir su propio primer largometraje --creo que fue The Man Without a Face [1993]--, decidió llamar a Clint Eastwood para que lo aconsejara a él. Clint, a su vez, le dijo que él también se había sentido un tanto nervioso la primera vez que iba a dirigir una película protagonizada por él mismo y llamó al director Don Siegel [Dirty Harry, 1971]. Lo que Siegel le dijo a Clint fue que no se limitara: que le dedicara a su actuación el mismo tiempo que le dedicaría a cualquier otro aspecto de la producción'', explica Jane.

Pero lo esencial que le ofreció Gibson a Jane fue darle la "confianza'' para que desempeñara su objetivo de crear un filme para quienes gustan de películas fuera de lo común y "extrañas'': espectadores dentro de un ``nicho'' que las producciones comerciales de presupuestos grandes a veces pasan por alto.

"La intención nunca fue hacer [Dark Country] para los cines. De alguna forma pude convencer a [Sony Pictures] que se filmara en tercera dimensión, y que se podía lograr eso dentro del presupuesto establecido'', asevera.

"Lo fabuloso es que tecnología para los 'cines hogareños' ha crecido a pasos agigantados en términos de la 3-D. En los próximos años vamos a ver televisores y reproductores de discos Blu-ray de alta definición de tercera dimensión en el hogar. Si la película logra encontrar un público --y tengo la esperanza que así sea-- vamos a estrenarla en discos Blu-ray de 3-D. Y eso será fantástico''.

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